Dinero Privado Urgente

En ocasiones las personas sufren imprevistos económicos por los que tienen que solicitar ayuda a determinadas entidades financieras para que les ayuden. En muchos casos los clientes reciben tal ayuda de sus propios bancos, en otras la reciben de compañías de crédito rápido, pero ¿qué ocurre cuando ninguna entidad facilita el dinero a las persona que lo necesitan? Desde hace muchos años existe un tipo de préstamo al más puro nivel personal que se da entre personas necesitadas de dinero urgente y otras que poseen dinero suficiente como para prestarlo sin variar su calidad de vida. Muchas personas por encontrarse en el paro o por no cumplir los requisitos fundamentales se ven vetadas a la hora de adquirir un préstamo personal en las entidades financieras. A fin de ofrecer un recurso desesperado para muchas personas en situaciones extremas, surgieron los prestamistas anónimos que ofrecen su capital con unas determinadas condiciones. Evidentemente estas condiciones son mucho más duras que las de cualquier entidad financiera o de préstamos rápidos.

La opción de optar por un préstamo personal de capital privado de carácter urgente es una opción muy poco recomendable por la cantidad de contraindicaciones que van atadas a él. La fundamental es el hecho de que este tipo de préstamos no está regulado por ningún tipo de organismo, se basa en el más puro contacto prestamista-prestatario. El hecho de que exista un mercado de préstamos de capital privado urgente supone que cada prestamista (aquel que presta el dinero) va a imponer el tipo de interés que él crea conveniente y el prestatario (persona que recibe el dinero) si desea recibir el dinero ha de aceptarlo. En la mayoría de casos este tipo de préstamos de capital se hacen bajo un contrato y otras veces no existe tal contrato de por medio, hecho que complica seriamente la situación.

Los expertos financieros denuncian las clausulas abusivas que presentan este tipo de préstamos de dinero privado urgente así como los elevadísimos tipos de interés que no hacen otra cosa que encarecer severamente el montante total de la operación. Siempre se recomienda que el cliente interesado en recibir dinero a través de este método firme un contrato ante notario con las condiciones del préstamo a fin de que en ningún momento a la larga puedan existir problemas con el prestamista.

En muchas ocasione se utiliza este tipo de préstamos sin ningún tipo de control, hecho que supone una grave falta a nivel económico ya que según establece el manual de renta fiscal, toda actividad económica que genere cualquier tipo de rendimiento ha de ser declarada y ha de contribuir como cualquier otro beneficio a la causa pública. Sus altos intereses en muchas ocasiones plantean un dilema moral para todos aquellos que se ven en la obligación de valorar este tipo de actuaciones ya que da la sensación de que los prestamistas en vez de hacer un favor al prestatario se estén aprovechando de su delicada situación imponiendo unas condiciones muy duras.

En caso de impago, los métodos utilizados por los prestamistas se suelen reducir a la denuncia y posterior juicio en el que el cliente será embargado hasta hacer frente a la deuda. El problema grave es cuando no existe un contrato de por medio y el cliente no realiza los pagos. En estas situaciones los métodos de cobro de la deuda por parte de los prestamistas dejan una ventana abierta a la imaginación ya que sin contrato no existe manera legal de demostrar que le hayas prestado dinero a alguien. Lo mejor es tratar de evitar este tipo de préstamos y llevar un ritmo de vida acorde a las posibilidades de cada individuo ya que los excesos siempre pasan factura y en la economía más aún.